DIGNIDAD

domingo, 13 de mayo de 2012

INDIGNADO Y CABREADO


 

Leo en Público "Mato se queja de que salen a la calle los que despilfarran" y vuelvo a cabrearme y decido que, aunque había pensado callármelo, diré que está bien que el personal del movimiento 15M demuestre su pacifismo, a pesar de "los otros". Y había pensado también callar que me da que no es ilegítimo defenderse de unos fantoches que se permiten pegar a quien les da la gana, siempre que físicamente sea inferior, claro. Es decir, me molesta que unos macarras cobren por dar palos (y, sobre todo, que los den, por supuesto), pues, en resumen, es el modo de funcionar de buena parte de la policía, de la de aquí. De la de España en general.

 

Y, ya puestos, también había pensado callar pero no quiero dejar de decir que el miércoles pasado, el día 9, oí a la ministra de Sanidad hablar en un programa de radio. Vaya, vaya, la tía, con las pinticas de modosilla que tiene, menudo modo duro de hablar y de manipular. O sea, de mentir. Porque, vamos a ver, una de las cosas que dijo es que la Sanidad es gratuita para el usuario… Vamos a suponer que decides contratar los servicios sanitarios de una compañía privada. Le pagas lo estipulado y, cuando precisas ir a la consulta, bien de un médico de familia, bien de un especialista, no se te ocurre pensar que te vayan a cobrar los que te atiendan pues ese servicio lo pagas con tu cuota, como bien vendrá reflejado en el contrato que firmaras en su día. Pues eso, señora ministra, no nos venga con la monserga de que la Sanidad Pública es gratuita, que no es así, que la tenemos pagada, que la pagamos. Aparte, aún hay otra cosa, las personas que quieren contratar los servicios de una compañía privada lo hacen de manera voluntaria. En el caso de la Seguridad Social, es obligatorio afiliarse.

 

Y otra cosa que trató con esa demagogia tan suya fue el asunto del aborto. Vino a decir que una chica de 16 años no puede decidir por sí misma. Y lo dijo de una manera taimada: de la forma en que está ahora planteado, es decir, que no tiene por qué contar para abortar con la aprobación de su padre, dice que la moza está desasistida. La pobre moza, vino a decir. Por tanto, negarle la posibilidad de decidir por sí misma está justificado. ¡Qué manera de manipular, de darle la vuelta a la cosa! Bien. Una muchacha de 16 años que queda preñada decide abortar pero, si su padre no quiere, se fastidia y tiene que cargar con un error toda su vida, habiendo podido rectificar a tiempo. U otro caso, el de una muchacha de 17 que quiere tener un niño, pero su padre le desautoriza y decide que aborte… en resumidas cuentas, no tienen poder decisorio sobre algo tan importante, porque lo dicen estos señores que poseen la verdad (dicho en román paladino: que detentan la verdad). ¡Qué capacidad! Cada dos por tres haciendo manifestaciones, ellos y la carpetovetónica Iglesia, manifestando o mostrando lo contrario que predican: soberbia, riqueza, intolerancia, beligerancia, chulería o bravuconería… en fin, vayan a cualquiera de las biblias y comparen.

 

Y, por cierto, hablando de biblias, hace mucho tiempo, el párroco de aquí, de Tauste, en una discusión en la que se habían enzarzado, él y otros, con los danzantes en la web, recuerdo que usó una cita de Isaías para dar peso a su argumento y, sin embargo, una vez leí la cita a la que aludía, se lo tiraba al suelo: y, por supuesto, me ocupé de demostrarlo. Es que en demagogia tienen casi siempre la nota máxima estos personajillos.


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