Hasta hace poco tenía yo un amigo muy
querido, Alfredo Barriga Casabona –ABC-. Ahora no, porque se ha muerto. Hace
nada, un mes. Alfredo ha sufrido años y años las consecuencias de un accidente
laboral que se agravaban conforme pasaba el tiempo.
Nos veíamos poco desde hace mucho. Y
siempre, cuando nos despedíamos, tenía la sensación de que faltaban por decirnos cosas.
Cuando me dijo Jaime que se había muerto, a revueltas de muchos sentimientos,
de otras emociones, me entró rabia por eso. Conversaciones sin nueva
oportunidad, ocasiones que quedarán arrumbadas en algún cajón o desván.
Era drástico y certero expresándose. Recuerdo
que un día nos echábamos unas cervezas y dijo a Mateo, acerca de las guerras
por motivos ideológicos, que cómo podía creerse eso. Decía que todas se montan
por negocio y que, casi siempre, mienten quienes voluntariamente luchan cuando
dicen la causa por la que lo hacen. Me acuerdo ahora de esas conversaciones al
ver ante las cámaras a los “aguerridos” imbéciles que pretender instaurar eso
que llaman EI. La mayor parte son personajes sin sentido social. Gustan mostrarse
gamberros, hacer cosas sin sentido y con violencia. Les complace propinar daño.
Molestar, romper… matar. Propenden la autodestrucción, acabar. Mienten cuando
dicen algo positivo, creador, futuro. Dicen una sarta de sandeces para dar
pública justificación, para conseguir adeptos.
Sí, tenía tino Alfredo. Y temperamento
y carácter peculiares. Decía cosas, las decía de maneras que podían resultar
molestas en según qué casos. Y a según quiénes. Pero la brusquedad que usaba
era máscara, o coraza, para esconder timidez, corazón. Pudo engañar, lo sé, no
era tonto precisamente, a más de un incauto y a algún envidioso. Muchas cosas he
oído respecto a él. No todas agradables: ésas las rechazo. No quiero oírlas ni
las he aceptado nunca.
Una, empero, que me conmovió, fue la
que oí detrás de mí, en el coche, cuando di a mi padre la noticia. Primero hubo
silencio y, cuando creía ya que no me había oído, supongo que rumiaba antes
de hablar, dijo: “muy buen chico que era”.
2 comentarios:
Roberto : Voy a usar tu blog ,para decir que yo tambien siento ,la muerte de BARRIGA ,un hombre joven ,que se va .Hace mucho que no sabia de el ,pero lo recuerdo de cuando eramos jovenes. D.E.P.
Gracias, Marisa, por hacer el comentario
Publicar un comentario