Harto de mucho explicar y de notar que
enfrente no hay muchas ganas de escuchar, recurrí a un ejemplo para demostrar a
mi alumnado extranjero que no es un capricho que exista la hache. Ni su uso.
Les dije: “haré por la mañana todo es
una frase que significa una cosa u otra, dependiendo del tiempo. Y de la hache”.
Cuando percibí su atención y su extrañeza, escribí en la pizarra: “Ayer aré por
la mañana todo y mañana haré por la mañana todo”. Dije que podríamos quitar los
adverbios y seguiría entendiéndose la frase, merced a la presencia o la ausencia
de la hache. Así pues, alguna importancia tiene la letra. Tras unos segundos,
de masticación y deglución supongo, algunas personas bajaron los ojos,
ruborizadas, a mirar sus libros y se pusieron a trabajar en silencio sus
ejercicios.
Un amigo mío, de Tauste también, ha tenido su
nómina y otros dineros siempre en una entidad bancaria distinta de la que yo
usaba. Ambos somos taustanos. Era la explicación que le daba yo, hace muchos
años, para hacerle ver lo de ser europeos. Me
refería a que España siempre fue de Europa, quizás hasta cabría decir que pudiera
ser el país que más tiempo lleva siéndolo, como tal. Y también que pudiera estar
equivocado. Con el ejemplo pretendía darle a entender que nada tenía que ver lo de la famosa prístina CEE
(Comunidad Económica Europea) con el concepto, social, o sociopolítico digamos,
del ser europeos. Es decir, él estaba con una entidad bancaria y yo con otra,
pero somos taustanos ambos, eso no se nos puede negar. Venía bien para explicar
lo de la Unión Europea actual.
Ahora uno ve cómo se las gastan los franceses
con los gitanos, por ejemplo, los españoles con los emigrantes y los alemanes
con los propios europeos desempleados durante un tiempo y se queda pensativo,
tratando de dilucidar si lo de ser europeos será cosa de ayer, o de mañana. O
si tendrá alguna relación con la hache, que en España, siendo importante, en
definitiva es muda.